Nació en Valparaíso en 1845 y se enrolo en el 2° Regimiento Movilizado Valparaíso, siguiendo a su familia: Su marido y tres hijos, los cuales fueron enrolados en otras unidades del ejército.
Perdió en la batalla a dos de sus hijos y a su marido, fallecieron en la Batalla de Dolores y su otro hijo murió en la expedición de Lynch. Ésto le causo un gran dolor, lo cual canalizó con bravura e hidalguia en pelear por la patria.
Luchó en la Guerra, además sirvió de enfermera y cantinera. Como toda mujer fuerte, lograba hacer muchas labores que requerían grandes esfuerzos.
Juana participó en las Acciones de Antofagasta, Pisagua, San Francisco, Tacna, Chorrillos y Miraflores. Con fuerza y garra le arrebató una espada a un oficial enemigo, dándole muerte. Entró a la capital peruana portando aquella espada y en cuya vaina escribió las fechas de las batallas en que participó, y que agregó ademas un mensaje:
"Recuerdo de Juana López, como cual modo la espada vencedora con que vengó su sentimiento como hizo valerosamente Judith o Holofernes ¡VIVA CHILE! Sobre ésta espada que nunca jamás Chile será vencido. También espero que la persona chilena les cautiva la esperanza, con ella misma lo último. Para recuerdo firma Juana López. Enero 15 de 1881"
Llega a Chile y es recibida con honores. Trae consigo, su espada y tres medallas: Por la Campaña de Lima, otra por Huamachuco y otra que le otorgó la Municipalidad de Valparaíso.
Pero una vez más, a las mujeres les demostraban que valían menos que los hombres. Le dieron una miserable pensión de 15 pesos, mientras que a los hombres le asignaban una pensión cercana a los 200 pesos. Ésto le alcanzó para pagar un arriendo de dos pequeñas piezas.
Tuvo una hija durante la guerra, y que se llamó Ceferina Vargas. Ceferina cuido a su madre en las enfermedades.
Juana Lopez muere de endocarditis en 1904. En agosto de 1910 se realizó un acto en el Cementerio General. Allí pudo ser homenajeada y también se logró hermosear su tumba.
Mujeres potentes en nuestra historia hay muchas. Pero no se escribe de ellas, ni de su importancia, tampoco se les ve un monumento. Es más, cuando revisamos fotografías de los veteranos de la Guerra del Pacífico, muy atrás se ven las piernecitas de todas esas mujeres corajudas que dieron tanto por su patria, y están ahí, presente, tapadas por todos los hombres. No había espacio para reconocer su tremendo legado.
El día que fui con eli al Museo Histórico Nacional, vimos la representación de Juana López y pudimos admirar su espada grabada.
Te rindo hoy un pequeño homenaje y quisiera yo, a través de éstas palabras, sumarme para que se conozca aún más tu gran legado Juana. Un día iré a verte al cementerio, a dejarte una muestra de mi gratitud y reconocimiento por tu gran aporte a la patria.
Estela
Excelente documento
ResponderEliminarMaravilloso y gracias por compartir.
ResponderEliminarAdmirable mujer chilena
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