Adoro éste poema de Gabriela Mistral, su sensibilidad y dulzura. Dejo además la fotografía de las manitos plasmadas de mi hijto y sus compañeritos de jardín, dulces y amorosas.
Manitas de los niños, manitas pedigüeñas
De los valles del mundo sois dueñas
Manitas de los niños, que al granado se tienden,
por vosotros las frutas se encienden
Y los panales llenos de su carga se ofenden
¡Y los hombres que pasan no entienden!
Manitas blancas, hechas como de suave harina,
La espiga por tocaros se inclina
Manitas extendidas, piñon, caracolitos,
bendito quien os colme, ¡bendito!
Benditos los que oyendo que parecéis un grito,
os devuelvan al mundo:
¡Benditos!
De verdad me emociona mucho este poema, y me detengo a acariciar las manitos pequeñas de mis hijitos, tan dulces y tiernas....
Estela.
MUY, PERO MUY ANTIGUA, ME TRAE MUCHOS RECUERDOS
ResponderEliminarY es tan hermoso poema, que se hace inolvidable.
EliminarAbrazos!