Mancha volante y llamarada, ahora se queda parada, sobre una hoja que la mece
Me decían: no tienes nada, no estás enfermos. Te parece.
Yo tampoco decía nada. Y pasó el miedo de las mieses
Hoy una mano de congoja, llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.
Me decían: no tienes nada, no estás enfermos. Te parece.
Era la hora de las espigas. El sol, ahora, convalece
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o desaparece
Se va de la mano que te induce.
Se va o perece.
Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.
El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.
Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.
Su lengua tibia me rodea.
Tambien me dice: Te parece.
La mariposa volotea, revolotea
y desaparece..
Estela
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