jueves, 12 de junio de 2014

Té con agua de lluvia

Hoy temprano, me arranqué a visitar a mi abuelita y mamá. A pesar del diluvio que azotaba a Santiago, tenía pendiente ir a verlas.

Llegue como a las 9:00 y me recibieron felices. De inmediato mi abuelita me preparó un té bien caliente con agua de lluvia.



Y claro, ya se me había olvidado que ella siempre espera la lluvia previa, que limpia el ambiente. Y luego, cuando se avecina la lluvia siguiente, cuando ya no hay contaminación, ella junta agua en unos baldes blancos impecables que guarda especialmente para la ocasión.

Y me vienen los recuerdos de niña. Ella toda la vida ha guardado agua que nos regala la madre naturaleza. La ocupa para remojar y cocer legumbres. Y para tomar té o mate, porque dice, es lo más natural y energizante que podemos recibir de la naturaleza.

Quizás esos secretos, esas tradiciones, esas creencias tan puras y simples, mantienen a mi viejita de lo más firme, sólida y lúcida. Quizás en lo natural, en la esencia simple de lo que nos regala la tierra está la salud y vigor.

Así es que hoy, mientras hacía un frío que calaba los huesos y nevaba en varios sectores de la capital, yo disfrutaba de mi saludable té de agua de lluvia.

Estela

2 comentarios:

  1. Puchas que es una Pro tu abuela clap clap clap!!!

    Saludines desde NY

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    1. Siii... aún mantiene muchas de sus propias tradiciones y creencias.
      Besos y abrazos gigantes para tí @le!!

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