Las mujeres que se hacían cargo de la cantina o prestar servicios llevando la "cantina" para aliviar a los soldados heridos, pasaban a denominarse cantinera.
*fotografía extraída de yukimiyasawa.deviantart.com
Pero no era tan fácil ser cantinera. Para lograrlo se debía contar con la autorización del regimiento al que se presentaba. Debían ser mujeres de preferencia solteras, de buenas costumbres y reconocidos valores y moral, habían de una a cuatro mujeres por regimiento. Éstas eran las únicas que podían llevar licor en sus barrilitos, para calmar a los heridos.
El gran número de mujeres presentes en el Ejercito chileno (sobre todo en Antofagasta), incomodó a las autoridades de la época, estableciendo un máximo de 2 cantineras por regimiento y expulsando al resto, argumentando que se generaban problemas de disciplina y que además se gastaba mucho más en víveres. También recalcaban el gran sufrimiento que padecían las mujeres, especialmente las que estaban embarazadas.
Pero muchas mujeres se enrolaban con la gran motivación de su enorme amor a la patria y su tremendo espíritu de servicio. Otras se enrolaban para acompañar a sus hijos o maridos, animándolos y cuidándolos en la Guerra para ganar la batalla. Muchas de ellas lo hacían disfrazadas de soldados, escondidas en los barcos, enroladas también como enfermeras o ayudantes de cocina.
Cuando las mujeres ya eran admitidas como cantineras, las vestían con traje a la medida, éste consistía en una chaqueta de terciopelo azulino y falda roja principalmente.
Las mujeres, ademas de hacer su trabajo de cantinera, enfermeras, y ayudantes de armamento, también pelearon en la batalla, a la par con los soldados y hombres, jugando su vida por la patria y la victoria. Luego ayudaban a recoger heridos y curarlos, junto con curar sus propias heridas Mujeres como nuestra gran Irene Morales o nuestra valiente Juana López son testimonio de aquello.
Desgraciadamante, la entrega, valor y patriotismo de nuestras cantineras chilenas, no fue reconocida por las autoridades cuando ellas llegaron a Chile. A pesar que vistieron uniforme representando a nuestra patria, y pelearon igual que los hombres, no aparecen en la lista oficial de soldados. No fueron consideradas para el reparto de las gratificaciones de guerra, y se les concedió pensiones muy inferiores que las de los hombres.
Hoy dejo ésta entrada para recordar a todas aquellas mujeres corajudas, valientes y que sin importar el machismo de la época vivieron a plenitud su vida sirviendo a la patria. Muchas murieron en la Guerra, y otras en la pobreza más horrible, pero no podemos olvidarlas.
Estela
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