Famosa heroína, de la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, hacía 1837.
A continuación, la historia textual que narra el libro "Historia de las Mujeres en Chile" Tomo I.
Candelaria Pérez nació en Santiago, en el barrio La Chimba de Recoleta, en 1810. De una familia muy humilde, de niña no tuvo mayor instrucción, por lo que debió dedicarse al oficio de empleada doméstica. En 1833 parte con una familia holandesa, para la que trabajaba, hacía el Perú.
Luego de un tiempo, pudo independizarse, gracias a sus ahorros, e invertirlos en un negocio que sería ampliamente conocido en el Callao, con el nombre de "La fonda de la Chilena"
Cuando comienza la guerra, Candelaria decide de inmediato apoyar al Ejército chileno. Primero lo hizo como estafeta y espía cuando en agosto de 1838 la flota chilena bloquea el puerto del Callao, y el jefe militar peruano prohíbe toda comunicación con ella. Candelaria busca la forma de burlar dicha prohibición, y disfrazándose de marinero ingresa día a día en uno de los botes de un buque extranjero, a través del cual podia dar información valiosa al almirante Simpson (quien mandaba la flota chilena) sobre las maniobras ejecutadas en tierra por los confederados.
Una sirvienta de su fonda, sin embargo, la delata, y es condenada a Casa- Matas, después de saquear y destruir su negocio. Se ve, por tanto, obligada a esperar en la cárcel el resultado de los enfrentamientos.
Luego de la batalla de Portada de Guías fue liberada, mientras se ponía sitio al Callao. Candelaria solicitó entonces a las filas, pero los soldados de la guardia del cuartel general se burlaron de ella por pretender ingresar siendo mujer.
El capitán del Batallón Carampangue la recibió, y escuchando sus argumentos, se convenció de que la presencia de ésta mujer podía ser necesaria, por lo que se enrola como cantinera-enfermera, con doce pesos de sueldo mensual, y Bulnes la incorpora oficialmente al Ejército con fecha 22 de agosto de 1838.
Por su amplio conocimiento de las localidades, se le confió la misión de dirigir avanzadas que alarmaban constantemente a los confederados que se encontraban sitiados en la fortaleza del Real Felipe. Como había sido destinada al Batallón Carampangue, fue con soldados de allí que realizó casi cotidianamente hostilizaciones a los sitiados, "matándoles jente, arrojando salitre a los pozos que suministraban agua i esparciendo proclamas en los contornos de la fortaleza". Así fue forjándose una fama como soldado que con cada acción se veía reforzada.
Candelaria participó de toda la campaña, desarrollando por igual las labores de cantinera, enfermera y soldado, compartiendo las penalidades y privaciones de la tropa y forjándose una fama que respetaron y admiraron por igual los oficiales y sus camaradas.
Destacada es la participación de Candelaria Pérez en la toma del cerro Pan de Azúcar: "Acompañaba la Carampangue y especialmente al Capitán Nieto, la Sargento Candelaria, que llegaría a la cima alentando a sus compatriotas en la medida de su valor, de su caridad i de su entusiasmo". Este texto también hace mención de lo que significó para el resto de la tropa ver cómo una mujer se batía con tanta bravura, alentando a sus compatriotas y desafiando al enemigo: "Una mujer chilena se cubrió de gloria en la acción. Candelaria Pérez, hija del pueblo, acompañaba como cantinera a los soldados del Carampangue. Armada con un fusil y luchando con el resto, esta brava mujer llegó hasta la cumbre y su heroísmo sirvió de ejemplo a los que combatían cerca de ella".
Las arengas que ella realizaba, tenían más efecto que ninguna otra y motivaba la bravura que durante éstas batallas quedará como un legado para el Ejército chileno.
Candelaria hizo despliegue de valentía y audacia escalando el cerro, y muerto el capitán Nieto, ella se perfila como quien realmente lideraba el ascenso del Carampangue.
Con el triunfo obtenido en Yungay el 20 de enero de 1839 se disuelve la confederación y Chile se perfila como una importante potencia marítima. Por el valor demostrado en dicha batalla, Candelaria fue ascendida a Sargento.
El artículo publicado por Vicente Reyes en la revista "La Semana" en 1859 describe cómo fue la recepción de los expedicionarios a la vuelta de Yungay en Chile: "La Sarjento Candelaria, con chaquetilla i gorra militar cruzaba también por la Alameda al mando de su mitad, recibiendo los aplausos i las aclamaciones de la multitud. Días de triunfo fueron aquellos para ella, los más altos personajes le prodigaban felicitaciones i donde quiera que apareciese la galantería i la admiración le ofrecían sus homenajes".
Candelaria acabó sus días en la austeridad, y el recogimiento. El mayor merito que ésta patriota mujer, consistió en haber iniciado una tradición. Así cuando se declaró la Guerra del Pacífico fue común que a las mujeres que partieron al norte a ayudar se las denominara cantineras.
Falleció en Santiago, el 28 de marzo de 1870.
En la página www.mcnbiografias.com puedes leer lo siguiente:
"Al finalizar la guerra, regresó a Chile con las tropas y con el grado de sargento; fue entonces ascendida a Alferéz y se le concedio una pequeña pensión vitalicia, hasta el día en que falleció.
En el epitafio de su tumba, escribió el poeta Luis Rodríguez Velasco:
"Yace bajo ésta cruz, llave del cielo,
una mujer heroica, extraordinaria
honra de Chile en el peruano suelo,
la brava y arrogante Sargento Candelaria.
Recordando a Yungay con tanto celo,
alce el pueblo por ella una plegaria,
y rinda al recordar su noble historia
llanto a su muerte y a su nombre gloria".
Y bueno, ésta es la tremenda y poderosa historia de una mujer valiente, amante de su patria, y que dejó de lado prejuicios por su género. Una mujer chilena, fuerte y corajuda.
Estela.
No hay información de los nombres de los padres
ResponderEliminarSiempre las grandes heroínas de bajo perfil son ignoradas...Candelaria te respeto y te quiero porque formaste parte de la independencia de Chile, de la cual hoy yo gozo tambien...Gracias Mi Sargento
ResponderEliminarOrgullosa de llevar sangre de gerreras
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